El movimiento de los cafés especiales se basa en la premisa de que la calidad es la culminación de los países, microclimas, variedades y productores que participan en su creación. Esta singularidad se transmite normalmente a través de puntuaciones de cata y comentarios sobre la calidad, herramientas esenciales que permiten a los productores reproducir lo que desean los tostadores. Pero, ¿qué ocurre cuando esta información vital es escasa o incompleta?
Por desgracia, el estado actual de la información entre tostadores y productores de café dista mucho de ser ideal, lo que crea una preocupante disparidad que afecta a toda la cadena de suministro del café. Los tostadores retienen (intencionadamente o no) información clave que los productores necesitan para triunfar en el sector de los cafés especiales. Aunque se ha impulsado la transparencia en términos de precios y prácticas de abastecimiento, un aspecto que sigue sin explorarse para los productores de café son los comentarios sobre la calidad de las muestras de café como forma de transparencia para ellos.
El déficit de información
A pesar de su importancia, en el sector cafetero no son frecuentes las opiniones significativas y, cuando se producen, suelen carecer de la especificidad necesaria para que los productores comprendan lo que buscan los tostadores. Me atrevería a decir que los tostadores sólo suelen ofrecer comentarios sustanciales un 10% de las veces, y las respuestas suelen limitarse a "me ha gustado" o "no me ha gustado". Esta comunicación vaga deja a los productores en la oscuridad, luchando por captar los matices de lo que los compradores realmente quieren.

Incluso cuando la información incluye notas de cata y puntuaciones, la imagen puede seguir siendo frustrantemente opaca. El libro del sociólogo Kenneth Liberman Tasting Coffee: An Inquiry into Objectivity explora esta misma cuestión en la forma en que cada actor de la industria describe el café. Descubrió que el mero hecho de saber que un café sabe "a tierra" no sirve para informar a los productores de lo que ese término significa para ese tostador en particular. Muchos productores, a menudo pequeños agricultores, se ven obligados a predecir las tendencias y preferencias del mercado, siempre cambiantes, con escasa orientación por parte de quienes deciden en última instancia lo que desean comprar.
A falta de información directa, los productores deben recurrir a fuentes auxiliares en lugar de a las propias personas que poseen la información: redes locales, programas gubernamentales, organizaciones comerciales, medios de comunicación social y concursos de café -cada uno de ellos potencialmente influido por agendas contrapuestas- para reconstruir lo que los tostadores podrían considerar deseable. Mientras tanto, los tostadores disfrutan de acceso a una amplia variedad de café procedente de numerosas fuentes, y a menudo se centran únicamente en sus necesidades más inmediatas sin tener que profundizar en sus cadenas de suministro para garantizar la seguridad de los cafés que desean.
El déficit de imaginación
La disparidad de información es, en última instancia, una cuestión de imaginación. Los productores, que carecen de información directa sobre las preferencias de los compradores, se ven obligados a realizar la mayor parte de la labor interpretativa, imaginando lo que quieren los tostadores. Esto les coloca en la posición de jugarse el futuro, tomando decisiones que afectarán a sus cosechas durante los próximos 5 a 15 años. Con una información limitada y a menudo obsoleta, los productores se arriesgan a la ineficacia, al despilfarro de recursos y a una considerable frustración.

A la inversa, los tostadores rara vez tienen que imaginar cómo repercutirán sus decisiones en los productores. La abundancia de opciones de café disponibles en el Norte Global significa que muchos pueden encontrar fácilmente lo que quieren sin profundizar en las complejidades de la dinámica de la cadena de suministro. Este entorno conduce a un bucle de retroalimentación que no sólo está roto, sino sesgado, con los tostadores a menudo comunicando de una manera binaria - pasa o no pasa - dejando a los productores adivinar lo que podría resonar.
Salvando las distancias
La transparencia de la información es un paso necesario para el éxito de todos los integrantes de la cadena de suministro, que debe incluir comentarios de calidad de todos los agentes. Los productores necesitan algo más que comentarios generales: necesitan información detallada y constructiva que aclare qué desea cada tostador y qué desea evitar. Esto incluye conocimientos específicos sobre cómo interpretan los tostadores los perfiles de sabor, los métodos de elaboración y otros aspectos críticos del café.
La transparencia en forma de retroalimentación facilitaría un flujo de información más eficiente en ambas direcciones, mejorando significativamente la alineación entre la oferta y la demanda. De hecho, eliminaría muchas de las conjeturas que los productores consideran inherentes al sistema. No se trata sólo de mejorar la comunicación, sino de garantizar que tanto los tostadores como los productores puedan prosperar.

Para Osito, es nuestra responsabilidad como importadores y, en algunos casos, exportadores, asegurarnos de que la información sobre la calidad llega a los productores. Eso empieza cuando los tostadores nos dicen lo que piensan, pero si los importadores no comparten la información, parte de la culpa es nuestra. Compartimos la información con los productores, sobre todo cuando los tostadores compran a las mismas explotaciones durante varios años. Sin embargo, estamos muy ilusionados con algunas ideas nuevas para asegurarnos de que cumplimos nuestro papel en la cadena de suministro y no somos guardianes.
Para los productores, una información clara y práctica se traduce en decisiones mejor informadas y un uso más eficaz de los recursos. Para los tostadores, significa un suministro más constante de café de alta calidad que satisface sus necesidades específicas. Adoptar la transparencia en forma de comunicación abierta es esencial para el futuro de la producción de café, especialmente para los productores, que constituyen la columna vertebral de esta industria vital. Al fomentar una cultura de información detallada, acortamos la distancia entre los productores de café y el resto de la industria, al tiempo que creamos oportunidades para un suministro estable de cafés que el sector de cafés especiales desea.
- Kosta Kallivrousis